Llega un tipo con un ataque de nervios a ver al psiquiatra y le dice:
Doctor, llevo tres semanas de soñar que mi suegra viene a comerme cabalgando sobre un cocodrilo.
¿Sí?, contesta el psiquiatra.
Sí doctor, esos ojos amarillos, esa piel escamosa, esos dientes afilados.
¡Hombre, que terrible!, dice el psiquiatra.
Y el hombre contesta:
¡Y espere que le describa el cocodrilo!
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La madre de Pepito le dice:
Pepito, ve a comprar pegamento.
No me da la gana.
Pepito, ¡Ve a comprar pegamento!
No me da la gana.
¡Ah que te pego!
¿Cómo me vas a pegar, si no tienes pegamento?
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Un atlante le dice a otro:
Manolo, están golpeando la puerta.
Déjala que se defienda sola.
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os caballeros que se movían muy de prisa en el interior de un hipermercado con sus carritos de compras se chocan. Uno le dice al otro:
Perdóneme usted, es que busco a mi señora.
¡Que coincidencia! Yo también, estoy ya desesperado.
Bueno, tal vez le pueda ayudar.
¿Cómo es su señora?
Es alta, de pelo castaño claro, ojos verde, piernas bien torneadas, en fin, muy bonita, ¿Y la tuya?
Con esa descripción, olvídate de la mía ,vamos a buscar la tuya.
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Era una mujer que tenía muchos hijos y todos llevaban el mismo nombre.
La madre va a sacarle el pasaporte a todos ellos, y el joven que los atiende le pregunta:
¿Cómo se llaman sus hijos?
Y ella le dice:
Todos se llaman Bernardo.
El joven asombrado le pregunta:
Señora, cómo hace usted, por ejemplo cuando los llama a comer.
Ella dice:
Sólo digo Bernardo y todos vienen.
El joven sigue preguntando:
¿Y cuándo quiere que se vayan a dormir?
La señora responde:
Llamo a uno y todos vienen.
El joven vuelve a preguntar:
¿Y cuándo quiere hablar con uno en especial qué hace?
La señora responde:
¡Entonces le hablo por su apellido!
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Pepito viene del jardín corriendo, cuando la mamá le dice:
Oye Pepito, ¿Por qué vienes tan rápido?
Pepito responde que en el jardín hay un hombre besando a la sirvienta. La mamá dice:
Ese debe ser el estúpido de su novio.
Pepito le dice:
¡Mira, no le digas eso a mi papá!
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Un empleado al saber la noticia de que su patrón había muerto en un accidente en el trabajo, pregunta a sus compañeros quién le daría la triste noticia a su esposa. Al preguntarles, les indica que tienen que ser cuidadosos y sensibles al comunicar la mala nueva. Pepo, quien era graduado de sicología, se ofreció y rápidamente procedió a llamar a la esposa de su patrón:
Ring, ring, ring...
¿Bueno?
Hola, ¿se encuentra la señora Martínez?
Sí, ella le habla.
¡Usted acaba de ganarse 2 millones de dólares!
¡Cómo! ¿Pero cómo así?
Al convertirse hoy en viuda, la compañía de seguros de su difunto marido, acaba de recibir la autorización para emitir el pago.
¡No! ¡Dios mío!
¡Sí señora! ¡Ni yo mismo lo creo!
By sebaH